martes, 26 de noviembre de 2019

Los indignos pretenden silenciarnos

Artículo de opinión


      Ayer, día internacional contra la violencia de género, otra vergüenza más nos hizo removernos en lo más profundo de nosotros, siendo conscientes del insoportable dolor que sólo pueden producir determinadas personas.

      Ayer asistimos, perplejos, a un hecho, otro más, que nos demuestra hasta dónde puede llegar la falta de humanidad de personas públicas, que deberían ser ejemplo de convivencia en nuestra sociedad. El representante de vox en el Ayuntamiento de Madrid, al término de su discurso en el acto institucional que se llevó a cabo en la capital, una vez que volvió a tomar asiento junto a los asistentes al acto, fue espetado, educadamente, por una mujer víctima de violencia de género, a punto de derrumbarse emocionalmente. Más allá de cualquier valoración, este señor, en ningún momento miró a la señora, es más, en un acto de sumo desprecio, su cabeza estuvo girada hacia el lado contrario del que hablaba la señora. Me pareció doloroso y despreciable, repugnante y vomitivo la falta de respeto y de una mínima sensibilidad ante el dolor que se reflejaba en la cara de la señora.
         
      En cualquier sociedad con unos mínimos valores cívicos, esa imagen debería inundar hoy todos los informativos como ejemplo de lo que no debe ser la concordia y la convivencia, de respeto más allá de las ideas de cada cual.


      Ayer fue un mal día para nuestra convivencia, estrangulada por personajes siniestros empeñados en robar lo esencial del ser humano: la felicidad.

._JMP_.