Ayer, día internacional contra la violencia de
género, otra vergüenza más nos hizo removernos en lo más profundo de nosotros,
siendo conscientes del insoportable dolor que sólo pueden producir determinadas
personas.
Ayer asistimos, perplejos, a un
hecho, otro más, que nos demuestra hasta dónde puede llegar la falta de
humanidad de personas públicas, que deberían ser ejemplo de convivencia en
nuestra sociedad. El representante de vox en el Ayuntamiento de Madrid, al
término de su discurso en el acto institucional que se llevó a cabo en la
capital, una vez que volvió a tomar asiento junto a los asistentes al acto, fue
espetado, educadamente, por una mujer víctima de violencia de género, a punto
de derrumbarse emocionalmente. Más allá de cualquier valoración, este señor, en
ningún momento miró a la señora, es más, en un acto de sumo desprecio, su
cabeza estuvo girada hacia el lado contrario del que hablaba la señora. Me pareció
doloroso y despreciable, repugnante y vomitivo la falta de respeto y de una
mínima sensibilidad ante el dolor que se reflejaba en la cara de la señora.
En
cualquier sociedad con unos mínimos valores cívicos, esa imagen debería inundar
hoy todos los informativos como ejemplo de lo que no debe ser la concordia y la
convivencia, de respeto más allá de las ideas de cada cual.
Ayer
fue un mal día para nuestra convivencia, estrangulada por personajes siniestros
empeñados en robar lo esencial del ser humano: la felicidad.
._JMP_.
https://www.lasexta.com/noticias/nacional/el-grito-de-una-victima-de-violencia-de-genero-a-ortega-smith-respete-a-las-muertas_201911255ddbc4470cf2ab850a5e1674.html
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