Artículo de opinión:
Ya
hemos llegado al ecuador del verano y cada día son más las voces que hablan de
las carencias,
deficiencias y deterioros de nuestra piscina de Segurilla. Creo que
después de tantos años, los segurillanos nos merecemos una piscina acorde al
municipio al que contribuimos con nuestros impuestos. Todos sabemos que algunas reparaciones y parches se han hecho
últimamente, que por cierto nunca están demás, pero otras muchas son
necesarias, bien por incumplir la normativa regional, Decreto 288/2007 que establece las
condiciones higiénico-sanitarias de las piscinas de uso colectivo, bien por
el bienestar y buen disfrute por parte de los usuarios. Llegados a este punto,
me gustaría enumerar, lo que a mi entender y al de algún otro usuario, son deficiencias
necesariamente subsanables por parte de nuestro consistorio, para
disfrutar de una piscina que cumpla la obligada normativa y dé un buen servicio
acorde al precio pagado para su disfrute, siempre sin olvidar que: el
control de las piscinas públicas son competencia de
la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en los aspecto
higiénico-sanitarios y, para el resto de aspectos, son los ayuntamientos los
responsables, y sin dejar de lado el objetivo principal, que
no es otro que el de proteger la salud de los usuarios de piscinas y que puedan
disfrutar de unas instalaciones adecuadas.
En primer lugar
podemos y debemos hablar de los aseos y vestuarios. En el decreto
anteriormente citado se especifica que “deberán
existir taquillas (...) que podrán ser reemplazadas por un servicio
de guardarropas” ambas cosas inexistentes a día de hoy. También en éste
punto se establece que “las duchas de
cada vestuario estarán aisladas y cerradas en compartimento individual con
puertas dotadas de cierre interior”. Aquí es importante señalar que las
duchas de ambos vestuarios carecen de puertas, pero aún es más grave que, no
teniendo puertas se pueda acceder con tan sólo asomarse por la pared a las
mismas, puesto que los vestuarios no están cerrados completamente, sino que
además de las correspondientes puertas de entrada, de un lado al otro la pared
está abierta y hace una curva, no habiendo nada que te impida el acceso a las
duchas sin puertas (ver para creer, pero eso deja tu intimidad por los suelos,
tanto cuando te duchas como cuando te cambias, al poder ver el interior de los
vestuarios e incluso de las duchas, desde el hall de entrada).
En segundo lugar,
hablaremos del estado de lo que yo llamo el “no-cesped”. Creo que ya os
habréis podido dar cuenta de lo que os quiero hablar. Pues eso, que ya es hora
de que se replante el césped y así evitemos todos los usuarios la
penuria de ir buscando un trozo más o menos verde de grama, donde nuestros pies
no sufran de los pinchotazos de la hierba seca o del barro en aquellas zonas
donde ni la hierba existe (bueno, ahora lo más gordo: lo han parcheado con
césped artificial después de que hayamos ido cayendo en el barro uno detrás de
otro).
En tercer lugar,
no está de más que hable de lo de siempre, de la convivencia y del respeto
entre todos de las normas de uso. Todos los días veo a niños y no tan niños
jugando con la pelota sin que se les llame la atención, a gente comiendo en el
recinto cuando está expresamente prohibido, y a otros que no respetan el baño y
estancia de los demás. Seamos educados y disfrutemos todos de un rato agradable
y si es necesario llamar la atención a alguien, que no sea yo el que tiene que
estar diciéndole al socorrista o al personal que les llamen la atención, pues
es su deber hacer cumplir las normas establecidas.
Finalmente, me
gustaría añadir algunas recomendaciones que no están de más. Una es habilitar
una taquilla decente para el personal que controla la entrada. Y cuando
digo decente, es cubierta del sol y en el principio del paseo que conduce a la
piscina, lugar más apropiado que una mesa y una sombrilla. Tampoco estaría
demás algunos libros interesantes y no tanta prensa amarilla, porque así
no me animo a leer. Y para terminar, ya es hora de poner unas cuantas
papeleras en condiciones, y no un par de macetas de plástico mal repartidas,
que lo único que hacen es salir rodando con el viento esparciendo las colillas
como si fueran semillas que fueran a repoblar el “no-cesped”.
Fdo.
Un ciudadano que quiere la mejor piscina de la comarca.
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